A continuación os mostraré otro breve extracto del capítulo 1, un exquisito resumen que espero os fascine y os enganche tanto como a mí me pasó al escribirlo. Nos meteremos un poco en la mente de la protagonista, Samanta, o Sam, como le gusta que la llamen, indagaré en mi estudio, el cual se refleja en el libro, y espero vuestras criticas y visitas. Contestaré a cualquier duda y opinión.
Extracto del Capítulo 1, parte 2
Había noches que las pasaba mirando desde mi ventana en el dormitorio, entre el susurro de los más desfavorecidos y el estruendo del planeta se podían contemplar auroras boreales en el cielo. La intensidad solar era tan fuerte que poseía madrugadas que lo teñía de rojo sangre y verde eléctrico, aquel dúo de colores bailaban con el azul destelleante haciendo un espectáculo fascinante, presenciar la escena te daba cierta paz y miedo, si sabías qué era realmente una aurora boreal. Me refugiaba casi totalmente a oscuras, no debía reflejar demasiada luminosidad o se me vería desde afuera e intentarían entrar. El murmullo de las personas agonizantes de afuera era una tenebrosa melodía que entraba en tus oídos e invadía tu mente para luego remover tus sentimientos y volverlos afligidos, escuchabas con detenimiento cosas que te erizaban la piel hasta sentir un frío gélido de aflicción, así era ahora la noche.
Los días comenzaron a ser demasiado calurosos, Mayo se convirtió en el peor Agosto de la historia. Me encontraba en medio de la Tribulación. Más del 90% de la luz solar es reflejada en los polos, debido a que el color oscuro del océano y la tierra absorben mayor radiación. Me sumergí en la concordia de mis pensamientos hasta que sentí un leve temblor, algo parecido a un pequeño movimiento sísmico. Hace aproximadamente un año me leí la “Biblia Kolbrin”, se trata de un libro de 3.600 años de antigüedad. La “Biblia Kolbrin” explicaba que al pasar eso la Tierra estaría cambiando de dirección en lo que a rotación se refería. Es decir, ahora el Sol saldría por el lado contrario, eso podría explicar las perturbaciones sísmicas. Miré detenidamente mis libros y mi información recopilada todos estos años. Las civilizaciones antiguas sentían gran apego hacia el planeta Venus, y quise averiguar ¿por qué? Me puse a ello sin más dilación.
365 x 0,66666 = 243,33333
360 x 0,66666 = 240 à Número orbital de Venus
Usé los días del calendario maya, 365 y 360, los multipliqué por el número de la órbita terrestre, 0,66666. El número 240, era un número importante en la simbología maya y egipcia, pero ¿por qué? Me hizo pensar más. Puede que de algún modo tuviera algo que ver con el movimiento planetario que hizo este planeta en el año 9.782 a.c, un extraño giro de retroceso alrededor de la constelación de Orión. Al pasar las semanas los disturbios comenzaron a cesar lentamente. Cada vez había menos civiles, las calles eran propiedad de nadie. Tenía intención de encontrar personas cuerdas y perdidas para ayudarlas y guiarlas, pero debía esperar a que las cosas ahí fuera se calmaran un poco más.
Un día, decidí salir a ver un poco qué había pasado ahí fuera, cómo había cambiado la ciudad. Me puse el pantalón vaquero deportivo, la camiseta negra de mangas cortas y las botas militares, me coloqué en la pierna derecha una de 9 milímetros, además de la que llevaba junto al hombro en la parte izquierda, un par de cartuchos en el cinturón, la linterna, el petate de agua y un cuchillo en la funda del hombro derecho. En la carretera miles de coches inservibles y apilados o tumbados, algunos en llamas aún, las cristaleras de las tiendas totalmente rotas, puertas arrancadas, edificios derruidos, todo lo que podías imaginar de un escenario caótico y apocalíptico. Cuando apenas quedaba una hora para oscurecer escuché ruido y voces, me puse alerta, encontré un pequeño montículo de restos de la ciudad y lo escalé. Antes de llegar a la cima eché mi cuerpo a tierra, saqué los prismáticos de la pequeña mochila que llevaba y miré de dónde procedían las voces. Gradué, eran los Rebeldes, se encontraban apenas a un par de kilómetros de mi vivienda, aquello no me hacía gracia. Al bajar, una piedra se desprendió y vi cómo rodó hacia un coche, este pitó haciendo ruido, se congeló mi respiración.
-¿Qué ha sido eso?- oí decir a un hombre.
-Viene de allí.- contestó otro de voz ronca.
-Joder…- murmuré.
No podía quedarme, eran muchos para mí sola, salté y me escondí tras otro coche. Los escuché llegar. Me quité las gafas, ya no me hacían falta, pensé, pero no me quedó otra y salí para irme, ya estaban ahí, los miré, ambos altos, uno calvo y otro de pelo corto y negro, vestían con camisetas y vaqueros, algo ajados y sucios, me vieron y comencé a correr, me siguieron y dispararon. Un par de vehículos más pitaron por el impacto de las balas.
-¿Qué pasa? ¿Quién es?- escuché preguntar a una mujer, me había puesto a salvo de los disparos.
-Una chica, va armada.- contestó uno.
-Acabemos con ella.- dijo el de la voz ronca.
Salí como alma que lleva el diablo y corrí hacia este, me vieron y me siguieron mientras disparaban, doblé la esquina del callejón y me metí, me seguían. Al volver a doblar la esquina, vi unas vallas, las trepé y salté. Me dispararon de nuevo, me dieron, me rozó el costado en la parte izquierda, me dolió. Tras un par de minutos de calma me dirigí a casa.
le rozo el brazo? o parte del torso?tiendo a imaginar lo que leo. bastante de suspenso. a cada párrafo me metía mas en el trama. como es el dicho la curiosidad mato al gato. espero con ansias seguir leyendo. tiene una fuerte trama el libro. historia, suspenso y te cuestionas varias cosas de siglos pasados. pero fascinante, te felicito
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